miércoles, 22 de junio de 2016

EL TEJIDO


Aquí estamos, rodeados por las montañas sagradas, en el sipapu, el lugar donde nuestro mundo comenzó. Venimos de las cuatro esquinas de esta tierra, caminando con amor, trayendo nuestro conocimiento de muchas culturas, muchos idiomas. Buscando entendimiento, crecimiento y cambio para nosotros mismos, para nuestros países, para nuestro mundo.

¡Esta es nuestra intención! ¡Aquí, en este momento, creamos un nuevo mundo, tejemos una nueva realidad!
¡Oramos pidiendo ayuda y solicitamos testimonios de las sagradas energías de nuestro mundo!
AIRE: vientos de las cuatro direcciones, vientos que mueven las estrellas.
AGUA: lluvia, ríos, manantiales.
FUEGO: nuestro Sol, el relámpago que baila sobre el cielo.
TIERRA: nuestra Madre, su arena, sus acantilados, sus montañas.
NUESTROS HERMANOS: los de cuatro patas, los alados, los niños del agua y aquellos que se arrastran.
NUESTRAS HERMANAS: las que están de pie, desde el majestuoso árbol a la más pequeña de las flores.
NUESTRA PROPIA RAZA: desde nuestros ancestros, que caminaron los primeros sobre esta tierra, hasta los hijos de nuestros hijos, hasta siete generaciones; a esos, sobre todo invocamos.
NOSOTROS MISMOS: aquí y ahora, para ser testigos y luchar.
Estamos aquí para crear un tejido de una nueva realidad.
En todo tejido la belleza es creada por la urdimbre, la trama y el dibujo.
Traemos: para la fundación, el hilo de la urdimbre,
Energía humana, las experiencias de culturas diversas.
Fortaleza y orgullo de nuestras sociedades, de nuestras familias.
Historia, nuestra lucha para manifestar nuestro propio camino.
Todo esto lo trenzamos y ensartamos en nuestro telar para formar la urdimbre, la forma de nuestro tejido.
Sobre ella tejemos la trama de nuestro viaje diario, el hilo de la belleza, hilado, momento a momento, con cada paso de integridad, mientras nuestras acciones van convirtiendo el tiempo en historia.
¿Y el Dibujo?
¿El dibujo que llamara al resto de la raza humana al entendimiento, al cambio?
Este dibujo está formado por nuestros maestros y nuestra intención.
Afirmamos nuestra intención de manifestar un mundo en el cual cada espíritu (humano, animal, vegetal y mineral) camine en armonía y equilibrio, salud y felicidad.
Pedimos a nuestros maestros que nos guíen hacia acciones que coincidan con esta intención.
Buscamos manifestar esa divinidad de nuestro interior que creara esta nueva realidad.
Este es nuestro tiempo.
Hemos sido llamados.
¡Juntos tejeremos un nuevo mundo!
Del Libro “Serpiente de Luz”
Por Drunvalo Melchizedek

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